sábado, 24 de octubre de 2009

Samuel Ramos corregido y aumentado

2009-10-24
Suplemento Laberinto
Heriberto Yépez

Hace 50 años murió Samuel Ramos, autor de El perfil del hombre y la cultura en México (1934), el primer y todavía mejor auto-psicoanálisis mexicano.

Ramos encabeza la línea intelectualmente más temeraria del ensayo mexicano: la psicohistoria, es decir, la interpretación de la relación entre psique individual y devenir nacional.

El resto del ensayo mexicano es pavada: decir bonito, resumen elocuente, pasear ideas ajenas y turnar elogios. Priismo. Ramos, en cambio, descifraba.

Alfred Adler definía a la neurosis como la posesión de un plan ficticio de vida. Según Adler-Ramos, el mexicano padece de un inconsciente complejo de inferioridad y de ahí se derivan los rasgos “mexicanos”. A través del lenguaje y su ser en general, el mexicano compensa su sensación de minusvalía.

La idea le gustó tanto a Paz que se la apropió en El laberinto de la soledad.

A Ramos, por cierto, le faltó agregar que el literato mexicano para borrar los signos bajos de su idioma se afana en conseguir un elegante y grácil estilo, del que queda excluido todo lo corriente.

Como no tiene ideas, el escritor mexicano retoriquea: es un Cantinflas al que le salen bien sus discursetes. La estilitis, pues, es otro salpullido del complejo de inferioridad mexicano.

De Reyes y Torri hasta Arreola y Elizondo, nuestra literatura padece de complejo de inferioridad. Por eso aspira ganosa a la Página Perfecta.

En lo que toca al mexicano en general, Ramos debe ser corregido. Desde que Ramos hizo su diagnóstico, el complejo de inferioridad ya mutó.

El complejo de inferioridad fue provocado por la exclusión racista de las capas pobres desde la Colonia. Pero a raíz de la reivindicación ideológica post-revolucionaria de lo popular, el Pelado poco a poco subió al trono (imaginario) vía la demagogia (tripartita), hasta que las televisoras hicieron del Público-Pueblo, un dios telefísico.

El Pelado se volvió el Puro; la Chorreada, la mesmésima Virgencita. Juan Pueblo hoy, mediática y políticamente, es retratado como lo Superior.

La inferioridad mutó: el mexicano hoy padece un inconsciente complejo de superioridad. Vivimos actualmente el otro lado del complejo.

Por eso no cree en la educación, ¿para qué? ¡Tal-cual estoy Bien Cabrón! Y si algo sale mal, la culpa la tienen otros, porque, obvio, yo jamás me equivoco. ¡Yo soy lo chido! La Neta es mi Naturaleza.

Al no crear mejores condiciones de vida, el mexicano decidió envanecerse de su deplorable estado, santificando su forma de ser, derivada de la miseria y el dogmatismo. Nuestra cultura “popular” consiste ahora en una gran masturbación mental de egolatría popular.

Sensacional de traileros: ¡el mexicano se cree inmejorable! Somos los Aumentados.

Corregido y aumentado, Samuel Ramos se quedó chico.

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