Laberinto
Animado por el fin de año —aunque mucho más por la sugerencia de Carlos Puig para que muestre en su programa de televisión En 15 los que a mi parecer son los mejores libros del año— vuelvo a la personal y necesariamente arbitraria elección de aquellos textos que de una u otra forma me parecen imprescindibles para comprender editorialmente este periodo que termina. Sin tener pretensiones canónicas, sino más bien estrictamente personales, espero que el listado que sigue represente para el lector un modesto esfuerzo de aproximación, discernimiento y síntesis en torno de un panorama (el de los miles de libros publicados en 2010) vasto y por momentos apabullante.
Comienzo por el Diario de un escritor. Crónicas, artículos, crítica y apuntes, de Fiódor Dostoievski (Páginas de Espuma /Colofón), magnífica edición al cuidado de Paul Viejo de “un libro inexistente”, puesto que su autor, una de las más grandes figuras de la literatura de todos los tiempos, “jamás dio a la imprenta —como nos informa Viejo en su nota previa a esta edición— un libro titulado así”. Pero es un hecho que ahora existe gracias a que Dostoievski, eso sí, intituló como Diario de un escritor un conjunto de artículos, crónicas, relatos y notas personales que fueron viendo la luz en diversas publicaciones y formatos. Son más de mil 600 páginas en las que se trasluce en todo momento el diagnóstico penetrante sobre la realidad y la condición humana del autor de Los hermanos Karamazov.
No he querido dejar de lado en esta selección a la poesía, y para ello pongo como uno de sus ejemplos más acabados la edición mexicana (antes fue publicada en España por Pre-textos), de Descripción de un brillo azul cobalto, de Jorge Esquinca (Era, 2010), poeta tapatío (por elección propia) que remite en esta obra a un tema caro a la poesía de todos los tiempos (desde Jorge Manrique hasta Jaime Sabines): la muerte del padre. Una muestra de poesía mexicana de la mayor calidad.
No porque le hayan dado el (inesperado) Premio Nobel, Mario Vargas Llosa dejó de ser —como al parecer creen algunos— el escritor contundente y acucioso que siempre ha sido. En El sueño del celta (Alfaguara, 2010) lo vuelve a demostrar y creo que es justo que esta obra sea considerada, por su temática y por el tratamiento que supo darle, una de las novelas del año, al margen de los reconocimientos del autor. La vida de Roger David Casement (nacionalista irlandés y luchador contra el régimen de explotación colonial en el Congo y Perú), constituye una aventura que sólo una novelística probada como la de Vargas Llosa podía abordar sin desperdicio.
Adriana Malvido nos ha entregado una imagen inédita del gran maestro del muralismo mexicano, José Clemente Orozco, en uno de esos libros que combinan investigación y encanto: El joven Orozco. Cartas de amor a una niña (Lumen, 2010). La aparición de este texto donde se nos presenta a un Orozco enamorado de su vecina Refugio, coincide con la retrospectiva de este artista que la UNAM ha hecho posible en San Ildefonso.
De tan inmensa que es el habla coloquial de los mexicanos, no podía sino surgir un trabajo de investigación y recopilación tan rico e interesante como el que coordinó Concepción Company y que dio lugar al Diccionario de mexicanismos (Siglo XXI, 2010). El revés y el derecho de muchas de nuestras palabras diarias, así como la multiplicidad de voces que empleamos para definir una misma cosa, aparecen en este libro imprescindible también entender (puesto que el lenguaje es una visión del mundo) el modo de ser nacional.
Luego de varios años de no recalar en los terrenos de la novela (su última incursión, La misteriosa llama de la reina Loana, no fue muy memorable que digamos) Umberto Eco regresa y se instala del lado del mal para crear en El cementerio de Praga (Lumen, 2010) un personaje, Simone Simonini, que nos lo explique desde dentro, desde la lógica intolerante que comienza con el resentimiento y acaba siempre en el odio, en este caso antisemita. Leyendo a Eco no encontraremos una novelita ligera ni cosa que se le parezca: su promesa de erudición, siempre cumplida, nos llevará a la complejidad histórica de la Europa del siglo XX.
Ya antes, en 1993, había sido publicado por editorial Siruela. Luego tuvo una reedición a comienzos de esta década, pero ahora, bajo el sello de Atalanta, su antologador (el mismo Jacobo Siruela, fundador de la primera y el segundo) reúne tres nuevos cuentos que ratifican a Vampiros como una obra excepcional para el abordaje de esos seres que gustan de la sangre humana. En medio de la avalancha de libros, películas y series televisivas con toda clase de vampiros mamones e insufribles, este libro representa una gran oportunidad para acercarnos a este fascinante mito de la mano de los grandes de la literatura (Poe, Baudalaire, Stoker obviamente, entre otros, más los añadidos a esta edición y que son también esenciales: August Derleth, Richard Matheson (autor de Soy leyenda) y Robert Aickman).
La próxima semana presentaré los siguientes ocho títulos que completan estos mis 15 libros del año.
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