martes, 6 de diciembre de 2011

Corrales de la crítica literaria

3/Dciembre/2011
Laberinto
Heriberto Yépez

El suplemento Babelia de El País publicó un reportaje titulado “Radiografía de la crítica literaria” donde —de Weinberger a Krauze, y antecedidos por entrevista a Bloom— “una veintena de los más influyentes líderes de opinión literaria de Europa y América analizan el presente”.

A nivel mundial, la crítica cambió de función. Antes hacía canon; hoy, debe deconstruirlo. A esa transición, se cerró casi toda la crítica mexicana.

Al quedarse detrás de los tiempos, la crítica perdió sentido, y se rebajó a autoengaño intraliterario e intento de chamaqueo a los lectores.

La crítica literaria mexicana perdió credibilidad en los últimos veinte años. Dejó ir todos los debates. Abusó de la ironía. No hizo teoría. Y tomó como función reservarse el derecho de reseña en el mercado nacional. De Crítica Canónica a Crítica Cadenera.

Y, en otro sillón, el resentimiento confundió crítica con cagapalismo.

Uno pensaría que de tanto tirar mierda, la Crítica Cagapalos se liberaría de ella. Pero no. Su caca es infinita.

La crítica casi toda es de derecha. Cree osado, por ejemplo, simplificar al arte contemporáneo o pedir tregua a la novela del narco —una tregua que pedían incluso cuando esa novela no existía—; y es apresurada prosa que nada interpreta o revela. Lucha libre torpe.

Esquemas: Crítico Cagapalos pega a Vaca Sagrada. Crítico Cagapalitos pega a Escritor en Alza. Crítico Retórico promueve a Autor de Casa. Crítico Prudente elogia a Autor Extranjero Seguro.

A es Edipo Dolido; B, Higadito Envidioso; C, Inercia Mensual y D, Gusto por las Palomitas.

No les interesa escribir una obra propia. Lo que buscan es el efecto de publicar textos sobre otros. No son críticos sino diputados de la literatura.

Al perder la brújula de la crítica, los premios, becas, antologías o redes sociales fueron tomados como criterios; y tribunas, donde la weba crítica pronto deviene chisme, chiste o showcito.

Y si medios —carentes de talento— diseñan ataques o cebollazos, las editoriales —igual de desorientadas— recurren a la Crítica Marketing.

¡En ningún lugar se ve tanto la decadencia de la crítica como en las editoriales!

Si resulto exagerado, respóndase estas dos preguntas: ¿qué crítico realmente le parece confiable?, ¿qué editorial es garantía de buenos libros?

Y el remate son los propios lectores, que enojados de haber sido duraderamente excluidos de los medios impresos, hoy retacan las tribunas digitales con juicios impensados.

¿Qué le falta a la crítica mexicana hoy? Amar la literatura.

Placer textual. Y, sobre todo, valentía, autonomía, tino. Pasión por la verdadera escritura.

Nunca he entendido por qué algunos no pueden responder qué fue primero, el huevo o la gallina. Caray, en cuestión de crítica los huevos siempre son primero.

Aunque otra cosa cacaree la Crítica Gallina.

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