sábado, 16 de octubre de 2010

16/Octubre/2010
Suplemento Laberinto
Heriberto Yépez

La única diferencia entre un escritor y un dictador es, efectivamente, el dictado. Los escritores son autoritarios, predictadores. De ahí que muchos resuelvan ser antidictatoriales, como Vargas Llosa, que ha ganado el Nobel de Literatura, para rabia de los prescritores, es decir, esos que ni en papel pueden construir un mundo y regir sobre él.

¿En qué momento se jodió Vargas Llosa? Cuando decidió ocuparse de la política y al hacerlo despertar el autoritarismo —¡yo puedo más!— de él y los demás.

¿En qué momento se jodió Vargas Llosa? Cuando escribió, al menos, tres obras maestras: La ciudad y los perros; La casa verde y Conversación en La Catedral. Jamás se le perdonará. El éxito ajeno amenaza despertar la conciencia de la propia miseria.

¿En qué momento se jodió? Cuando dejó atrás a Castro y adquirió la condición neoliberal, máximo pecado para el derechismo moral de la izquierda.

¿En qué momento se jodió? Cuando perdió la elección presidencial y a partir de ahí se puede decir que es un resentido, Vasconcelos del Perú. O peor: Vargas Llosa de España.

El premio se le da “por su cartografía de las estructuras del poder y sus afiladas imágenes de la resistencia, rebelión y derrota del individuo”. Y en esa derrota, si uno lo piensa, pueda estar incluida más de una derrota de Vargas Llosa.

¿En qué momento se jodió? Cuando nos dio la coartada ideal para descalificarlo haciendo que su obra tardía fuese inferior a su Boomato.

Como buen realista, en forma y fondo, Vargas Llosa se hizo cada vez más conservador.

¿En qué momento se jodió? Cuando sus fanáticos lo convirtieron en San Sartrecillo Valiente del “liberalismo”. Eso lo jodió en México, donde el Pacentrismo Perfecto es adicto a dictar hagiografías.

¿En qué momento se jodió? Cuando Borges no ganó el Nobel, desfalco que, por cierto, quiso corregir Fox.

Todos usamos a Borges como ejemplo de la ineficacia de la Academia Sueca. Pero si le hubieran dado el Nobel a Borges no faltaría quien —para descalificar al Nobel o a Borges— alegaría que Borges no lo merecía por derechoso.

¿En qué momento se jodió Vargas Llosa? Al liar con ideas. Los hombres de ideas —malas o buenas, prestadas u originales— molestan a las sociedades.

Donde hay una idea siempre hay alguien que repelará lógica o irracionalmente, y como las ideas tienen cualidades extrahumanas —lo sabía Platón— los hombres no saben manejarlas sin devenir infrahumanos: resentidos, incoherentes o lacayos.

¿En qué momento se jodió Vargas Llosa? Cuando Peter Englund, secretario permanente de la Academia Sueca, leyó su nombre como ganador del Premio Nobel 2010.

En el mercado viene lo mejor para Vargas Llosa; en el mundillo literario latinoamericano, este Nobel será usado como el pretexto perfecto para joderlo, es decir, para olvidarlo sin poder olvidarlo.

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