sábado, 28 de mayo de 2011

¿Defender la poesía?

28/Mayo/2011
Laberinto
Heriberto Yépez

Circula en internet un mini-manifiesto contra el neobarroquismo, la oscuridad y el experimentalismo en poesía.

Su alegato central es que la poesía latinoamericana está ignorando el colapso social usando un discurso escapista e intra-literario.

En México, este documento apareció impreso en La Jornada Semanal con el título “Defensa de la poesía”:

“Una gran parte de los nuevos poetas en español se han adscrito a una tendencia tan experimental como oscura… cuyos proyectos literarios fracasaron… precisamente por abrazar el barroquismo gratuito y la frivolidad de la moda...”

Continúan: “Queremos mostrar nuestra desolación ante esta dinámica que nos parece destructiva para la poesía porque conduce, de manera inevitable, a su deshumanización. Los discursos fragmentarios, el irracionalismo como dogma y el abuso del artificio han supuesto la ruina de la poesía en muy diferentes etapas de la historia de la literatura. Han hecho tanto daño, que hoy la poesía está considerada como un género difícil que sólo leen los poetas, porque sólo parecen entenderse entre ellos”.

Lo firman Jorge Galán (El Salvador), Fernando Valverde (España), Daniel Rodríguez Moya (España), Andrea Cote (Colombia), Alí Calderón (México), Raquel Lanseros (España), Francisco Ruiz Udiel (Nicaragua) y Ana Wajszczuk (Argentina).

El texto es provocador. Su defecto: es abstracto. ¿A qué poetas se refieren? Aluden a los neobarrocos ya canónicos (apellidos, por favor) y a cierto experimentalismo (¿cuál?). Pero si dejo de especular, ¿exactamente a qué se refieren?

La época de los manifiestos se ha acabado (afortunadamente). Estos escritores requieren explicarse o, mejor aún, mostrarnos una poesía que contraste con el panorama que describen, cualquiera que ese sea, porque, evidentemente sospecho o conjeturo a qué se refieren, pero apenas lo pienso no estoy seguro.

Por otra parte, si criticamos (ellos o yo) una poesía oscura, artificial, experimental, “elitista” que no responde a nuestra época vulgar, violenta, corrupta, desmadrosa, ¿por qué no llevar esta petición a su consecuencia lógica —a su justicia poética— y reconocer que esta es una época prosaica, una época que exige no una poesía menos retórica y literaria sino, precisamente, una prosa más mundana, más radical, una prosa que retrate y, a la vez, contrarreste todo lo que está sucediendo en Latinoamérica: narco-Estados, happymperialismo y mass-comedia?

El texto que han firmado estos poetas es intrigante, valioso.

Pero discrepo: ésta no es una época de poesía (hermética o anti-hermética).

Ésta es una época prosaica. La siguiente revolución del texto no ocurrirá en verso. Ocurrirá en prosa. ¿En internet?

Esa prosa no necesariamente será prosaica. Ni será “novela”.

La poesía nació sagrada y devino abstracta.

La prosa puede que apenas aparezca.

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