lunes, 16 de enero de 2012

Evocan a Daniel Sada, autor de una literatura barroca

16/Enero/2012
El Universal
Yanet Aguilar Sosa

No hubo un escritor y amigo que no celebrara, ante todo, el cuidado del lenguaje y la estructura perfecta de la literatura de Daniel Sada, el narrador y poeta, de quien la editorial Posdata y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes publicarán, en breve, su poemario El amor es cobrizo.

Si Yuri Herrera celebró su literatura donde el “barroco no está en el mundo sino en su mirada”, Christopher Domínguez Michael dijo que Daniel Sada “escribió dos o tres de los libros definitivos del cambio de siglo”.

Durante el Homenaje a Daniel Sada en el Palacio de Bellas Artes, a dos meses de su muerte -18 de noviembre de 2011- día en que lo habían anunciado ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el área de literatura, Domínguez Michael dijo que tras su muerte muchos académicos comenzarán ha estudiar su literatura y que su gran novela Porque parece mentira la verdad nunca se sabe comenzará a ser leída.

“Es un libro muy complicado, intimidatorio, una de las grandes creaciones de la lengua española, en prosa, en México, en España, en el siglo XX y en el XIX. Para mí leerla no fue fácil, porque la gran literatura no es fácil, es compleja, requiere una atención como la que Daniel ponía en su trabajo, del 99%”, aseguró el crítico literario.

Mientras Domínguez Michael reconoció que “la prosa de Daniel, la que está en sus novelas y la que está en Porque parece mentira la verdad nunca se sabe es por sí misma una de las expresiones poéticas más formidables de nuestra literatura”, el escritor Yuri Herrera dijo que en la literatura de Daniel Sada las historias proliferan pero sin opacar el mundo en el que suceden.

“Varias de sus novelas suceden en el espacio norteño donde no existe la exuberancia con que se etiquetó a América desde hace siglos, exuberancia que no es necesaria para Daniel Sada, él no habla de la borrachera pródiga de los dioses, sino de la manera en que la lengua se embriaga en el desierto, el barroco no está en el mundo, sino en la mirada”, afirmó ayer el narrador.

Luego de describir a los personajes de los territorios de Sada como “rupestres e insondables”, Herrera afirmó que “Sada es uno de los pocos que ha resuelto la tensión entre la lengua hablada y la lengua escrita porque no jerarquiza entre ellas”.

Lo que no fue Sada

Federico Campbell, amigo y compañero de viaje del autor de Lampa vida, Casi nunca y A la vista, dijo que Sada era consciente de que “en nuestros días el narcotráfico no es el texto, el narco es el contexto”, pero además que Sada no cubría el perfil típico de este tiempo mexicano:

“No seguía ningún modelo de carrera literaria, nunca le pareció muy elegante la auto promoción, ni el hacer carrera, ni se afanaba mucho por ser un novelista mediático, no era ese su estilo”.

En el homenaje, donde estuvieron la viuda y la hija de Sada, Adriana y Fernanda, el editor Iván Trejo llamó a leer la poesía de Sada. “Es un buen momento para pagar esa deuda con Daniel y leer más su poesía. No señores, el norte no es como lo pintan sino lo escribió Daniel Sada”.

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