domingo, 17 de julio de 2011

La novela abusa de la realidad: Domínguez Michael

17/Julio/2011
El Informador



La ola de violencia que vive el país está reflejada no sólo en los periódicos, sino en la novela, explicó el crítico literario y el miembro del consejo editorial de la revista Letras Libres, Christopher Domínguez Michael (Ciudad de México, 1962), quien aseguró que los narradores están obligados a describir su realidad.

Los intereses de los escritores están reflejados en el mercado editorial, en el cual destacan las novedades dedicadas al narcotráfico, aunque la producción de títulos sobre este tema es excesiva no es cuestión que preocupe a Domínguez Michael, quien consideró que los libros malos no sobreviven al tiempo, son olvidados por los lectores, por los críticos y por los escritores.

El autor de Antología de la narrativa mexicana del siglo XX visitó hace 10 días la ciudad para participar en el coloquio internacional “Octavio Paz, la palabra en libertad”, organizado por El Colegio de Jalisco. Domínguez Michael fue invitado porque su relación con el autor galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1990, de quien aprendió “la pasión por la crítica”.

En entrevista con este medio, el crítico destacó la propuesta de los escritores Yuri Herrera y Élmer Mendoza en la llamada literatura del narco.

“El novelista se siente obligado con la realidad social, histórica, política…”, dijo Domínguez Michael, quien prefiere sentarse en una jardinera para conversar, pero evita las fotografías sobre todo cuanto tiene que posar, aunque accede por cortesía, no se siente cómodo.

La crítica comenzó a formar parte de la vida de Domínguez Michel desde su adolescencia, cuando realizó sus primeras reseñas literarias. Ahora es uno de los críticos más destacados del país y autor de varios títulos, como Diccionario crítico de la literatura mexicana, 1955–2005, La sabiduría sin promesa. Vidas y letras del siglo XX, y Para entender a Borges.

-¿A qué atribuye el auge de la novela y del ensayo dedicado al narcotráfico?
Eso es parte de la naturaleza de la novela, es lógico que estos fenómenos de extrema violencia, que son el pan de cada día de tantos mexicanos, estén reflejados, mal sería que a la novela le resultase indiferente, pero lo que le interesa a la literatura no es la denuncia, por eso tenemos al periodismo. Habrá que ver de esas novelas cuáles resultan tener vigencia artística.

-¿Los relatos actuales tienen un parecido con algún momento histórico en México como con la Revolución Mexicana?
Sí desde luego, la época de la Revolución Mexicana fue también muy violenta, entonces la novela se sintió obligada a rendir testimonio.

-¿Eso pasa ahora?

Claro. Es una obligación de la novela y del novelista a rendir testimonio, aunque no quisiera, ello ocurriría.

-¿En este momento, hay un abuso de la violencia en la literatura?
Sí porque uno tiende a abusar de la realidad. Obviamente, si pasa algo grave en un lugar o en una época histórica, las conversaciones de la calle se concentran en eso; por ejemplo, si se incendia la casa del vecino, toda la cuadra hablará del incendio durante días. Lo mismo pasa con la historia y con la realidad político-social. Ahora sí hay exceso, sólo si por exceso se entiende que se están escribiendo muchos libros y muy malos. Sin embargo, no preocupa porque eso lo va a limpiar el tiempo, lo que no sea bueno se va a perder y a olvidar, serán libros que se van a destruir y que nadie va a leer.

El tiempo tiene una sabiduría crítica, por ejemplo, hace aproximadamente seis años, cuando encontraron a los náufragos mexicanos por Japón, se escribieron varios libros sobre esos señores, pero ninguno era bueno y por eso ya nadie se acuerda, lo mismo pasa con cualquier fenómeno histórico ya sea la Revolución Mexicana, la Segunda Guerra Mundial o el narcotráfico en México.

-Con este boom, ¿cuáles historias lograrán decantarse como buenas?
Eso es difícil de decir, pero las que tienen chance de perdurar son las de Yuri Herrera, ésas son las que me parecen más interesantes. En las novelas de Yuri Herrera hay un trabajo del lenguaje que está más allá de lo que esta mañana leímos en el periódico, eso es lo que hace que una novela suela perdurar.

-¿Y en el caso de Élmer Mendoza?
También lo incluiría. Tiene varias novelas sobre todo del comienzo del narcotráfico en Sinaloa en los años setenta que seguramente perdurarán, porque es un narrador muy dotado.

-¿Actualmente hay una mayor producción de críticos literarios en el país?
La producción de críticos siempre es escaza en cualquier literatura, siempre habrá más poetas, más novelista y más cuentistas que críticos, que siempre somos pocos. Claro, como toda profesión uno quisiera que hubiera más y fuéramos mejores, pero creo que la literatura mexicana en cada época histórica ha tenido los críticos que se merece y suficientes.

-¿El crítico de literario tiene una función social?
No. El crítico literario es un personaje que sólo debe importarle a los escritores y a los que leen literatura. Un crítico no tiene porqué ser importante para un dentista, ni para un bombero, porque la crítica literaria no tiene nada que ver con la educación pública.

Yo no hago crítica para que la gente lea más libros, la hago para conversar con los que leen libros. Ni tampoco creo que todo el mundo tenga que leer, hay gente que no le gusta ni tiene tiempo.

La lectura creativa y de la literatura siempre ha sido en toda sociedad ocupación de una minoría, me gustaría que esta minoría creciera de tamaño porque me conviene, pero no está en mis manos.

Y si por función social se entiende al crítico literario como educador no, para eso está la SEP y los colegios privados. Son las autoridades educativas las que deben enseñar a leer a los niños, pero es difícil porque la literatura está pasando por una mutación.

-¿La mutación es provocada por las nuevas tecnologías?
Claro. Ahora en internet se lee mucho, pero de una manera distinta a la que yo aprendí. El libro como objeto aislado, sin relación con lo que hoy es el ciberespacio está pasando por una mala época y quizá se esté acabando en ese sentido. Nos es que ya no vaya a haber libros, pero el formato libro de papel aislado de la computadora está en fase terminal, va a sobrevivir, pero dejará de ser un artículo prestigioso.

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