domingo, 3 de mayo de 2015

EL PLOP DEL NEOLIBERALISMO ELECTRONICO

2/Mayo/2015
Laberinto
Heriberto Yépez

El neoliberalismo electrónico es el gran ismo de las literaturas de inicios del siglo XXI.

Su efecto es convertir al autor en un selfie-entrepeneur (ego-emprendedor) en viral mercadotecnia de sí.

El libro ya es sólo parte de la publicidad. El verdadero producto es el escritor-mercancía.

La escritura pasó a la esquina y los selfies y pics, likes y comments son el centro de un intercambio de neo-capital selfinanciero y satisfacción instagramática acelerada.

La “muerte del autor” ha muerto; hoy vivimos la época del Autor como lifestyle (o estilística de vida) que nos informercializa cada una de sus reacciones, comidas, viajes, compras, entrevistas, amigos, eventos, listas y ocurrencias.

Al existir diaria y permanentemente en redes sociales, los escritores dejan de hacer obra. E intercambian renombre siguiéndose la corriente.

El problema clave de las redes sociales es que son plataformas y géneros estructurados para obtener popularidad.

Para ganar “seguidores”, el escritor se ve empujado a tener puntos de vista palomeables por su “comunidad” voyeur-clientelar. Cuando esta lógica se prolonga durante años, se produce un severo debilitamiento de los aspectos críticos con que contaba el escritor, pues para poder mantenerse dentro de Twitter o Facebook, ha tenido que gravitar hacia el más bajo denominador común de poses y textículos.

La literatura ha sido hecha por disidentes. Y ya no hay disidentes.

Escritores en aprietos caen en el consenso.

Las redes sociales homogenizan a los escritores. También mercado y gobierno. Por eso la crisis actual de la calidad literaria y el auge de los intelectuales light.

Antes se idealizaba al libro. Hoy se idealiza Internet.

E Internet es mayoritariamente porno. Y las redes sociales son la grafía del porno.

El neoliberalismo electrónico consiste en 24 horas continuas de especulación “literaria” basada en nombres no en textos; en apostar por carreras, no en construir una obra; en hacer menciones express, no lecturas reflexivas.

La literatura desaparece: no hacia algo más radical, como esperaron las vanguardias y contraculturas del siglo XX, sino que está transformándose en un mercado especulativo bursátil de subjetividades reactivas hipervinculadas.

Redes de escritor@s inflad@s publirrelacionándose entre sí.

Al convertirse en un sistema de especulación financiera, los escritores están ya sujetos a las leyes de este tipo de mercados neoliberales.

Ya hemos pasado del Boom (gran literatura absorbida por el mercado) al Crack (literatura de mediana calidad ofrecida a la especulación estado-mercantil).

Pero del Crack sigue el Plop: literatura de poca calidad usada para inflar redes de carreras insustanciales.

Y las propias leyes de estos mercados especulativos perfilan ahora el momento en que el reality check haga que toda la Bolsa Inflada de Valores Literarios reviente y estalle la burbuja: ¡PLOP!

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