25/Mayo/2013
El Universal
Abida Ventura
Con una larga tradición en la historia del periodismo, los suplementos
culturales en México han funcionado, según las voces de sus
protagonistas y críticos, como tribuna desde donde se lanzan los nuevos
escritores, como espacios de experimentación de diversos géneros como la
reseña, la crítica, el ensayo, el cuento o la poesía, así como
semilleros de grandes plumas.
La existencia de estos espacios periodísticos, en donde se han formado
grandes figuras de la literatura y la plástica mexicana, como Octavio
Paz, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, José Luis
Cuevas y Vicente Rojo, cobran importancia porque también son enormes
promotores de la cultura, opina Elena Poniatowska, una de las escritoras
que se inició en las páginas del suplemento cultural de referencia,
México en la Cultura, dirigido por Fernando Benítez, el gran promotor de
la cultura y de los escritores mexicanos de la segunda mitad del siglo
pasado.
“Desde ahí, como escritores, podemos impulsar los primeros cuentos y ahí
tienen acceso muchos poetas, ensayistas. Es un semillero de nuevas
figuras y de lo que nosotros podemos darle a nuestra cultura”, comenta
en entrevista la autora de Leonora y La noche de Tlatelolco.
La periodista lamenta que actualmente en México no existan muchos
suplementos culturales de calidad, ya que además de ser espacios de
formación, funcionan como promotores de la cultura.
En México, reitera el ensayista, escritor y crítico literario Emmanuel
Carballo, los suplementos culturales han sido la tribuna de los nuevos
escritores. “Es la antesala del libro, muchas veces los escritores
publican primero en los suplementos y si tienen éxito en el público van a
las editoriales para publicar un libro. Han sido un espacio fundamental
para la literatura mexicana”, dice.
Además, explica Carballo, quien ha sido colaborador en múltiples
revistas y suplementos culturales, son punta de lanza para las nuevas
generaciones. “Los jóvenes hemos sido miembros de los comités de
redacción y cuando crecemos somos críticos de los suplementos”, dice.
Espacio para la literatura
La investigadora Irma Elizabeth Gómez Rodríguez, del Instituto de
Investigaciones Bibliográficas de la UNAM (IIB), recuerda que desde el
siglo XIX la prensa fue el único medio en el que los escritores e
intelectuales mexicanos encontraron, además de una forma de
subsistencia, la oportunidad de difundir sus obras, sus ideas y críticas
al sistema político de la época. “La gran importancia de todas estas
secciones dedicadas a la cultura es que fueron un espacio de formación
de escritores, porque en ellos se podía experimentar con géneros que
llegaban desde el extranjero, en esos suplementos es donde se
aclimataron los géneros nuevos y eso hace que avance la literatura en
México, como fue el caso de la Revista Azul, un suplemento del periódico
del Partido Liberal, totalmente porfirista, y que sin embargo tenía a
autores de la talla de Manuel Gutiérrez Nájera”, dice.
Desde los comienzos del periodismo mexicano, añade Gómez Rodríguez, los
suplementos culturales han otorgado sus páginas a la experimentación.
“Fueron un motor de especialización del literato, porque antes de que la
prensa se fuera industrializando y especializando, el literato escribía
de todo. Así van surgiendo figuras como el reportero, y el literato
comienza a dedicarse más a la creación literaria, que a la opinión”,
concluye.
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