lunes, 5 de julio de 2010

El futuro de los libros electrónicos

26/JUnio/2010
El Universal
Pablo Raphael

Las tablas para leer fueron inventadas por los griegos y muy usadas por los romanos. La tabula cerata era una tablilla de madera que se recubría con cera de abeja. En ellas se podía escribir, borrar y corregir; su portabilidad permitía tomar apuntes, hacer cuentas y enviar correspondencia. El e-book cumplirá esa función de forma más eficaz que las computadoras portátiles o los teléfonos 5G. El problema para el negocio está en definir cuál será la plataforma digital y el soporte que se convierta en dominante, como lo hizo el MP3 con la música y el iPod con los reproductores.

Por lo pronto, prevalecen dos. Primero llegó el Kindle de Amazon cuya tinta electrónica lo convierte en el favorito de quien desea sólo leer y cuyas ventas empiezan a desbancar al libro impreso. En diciembre pasado, Kindle vendió más libros de Dan Brown en su versión electrónica que en la impresa; hace una semana el editor de Random House Mondadori, Claudio López, contaba que en su reciente visita a Nueva York comprobó que el tercer volumen de Larsson vendía 2 mil 500 ejemplares físicos al día frente a los 6 mil que se venden para e-book. Por lo que toca al iPad, basta ver que a tan sólo 70 días de su salida al público, éste representa ya el 22% del mercado de compra de e-books para las cinco grandes editoriales en EU. Como dijera mi hermano: iPad para multimedia, Kindle para leer.

Para el caso de las ediciones en español el proceso está siendo muy lento, pero no por ello deja de ser buen negocio. Según el estudio realizado por Ediciona, el 48% de los profesionales del sector del libro considera que para el 2020 la principal vía de ingresos de las editoriales seguirá siendo los libros en papel. Por lo pronto, el libro digital en España representa el 1.66%, es decir, unos nada desdeñables 31 millones de euros anuales para el mercado interno.

Además de los lectores dominantes iPad, Kindle y Sony Reader, que se pueden adquirir por correo, en España se comercializan una serie de lectores locales como el Inves-Book 600 de El Corte Inglés, Leqtor (producido por la industria catalana) el Papyre 6.S Alex que (como promoción) incluye mil libros o el Cybook producido por Dos.doce.com e impulsado por la legendaria agente literaria Carmen Balcells.

Por lo que toca a la edición digital, se ha creado Libranda, una suerte de bodega de libros digitales creada por Planeta, Random House Mondadori, Santillana, Roca Editorial, Grup 62, SM y Wolters Kluver, a la que se sumarán clientes como Anagrama, Salamandra o Acantilado y que, a finales de año, habrán colocado en el mercado alrededor de cinco mil títulos.

En México, no hay aún algún tipo de lector producido en el país, la nueva ley de fomento a la lectura no contempla el libro digital; son pocos los estudios que se han hecho al respecto, existe un claro vacío legal en torno a temas como los impuestos y descargas, el sector no toma en cuenta modelos innovadores de derecho autoral como el copy left y la edición digital dependerá de los grupos dominantes que en los últimos veinticinco años han adquirido la mayoría de los sellos nacionales. Aunque también es cierto que parte de la agenda local la están marcando Gandhi, que va muy avanzado en su librería digital, Publidisa, cuya doble estrategia para digitalizar y vender libros impresos por pedido individual se está convirtiendo en una gran opción para las editoriales independientes. También es de resaltar el nacimiento de tres editoriales digitales que apuestan por desarrollar productos propios: Amphibia editores, Revés editores y Eventage.

Las grandes compañías quieren subirse al nuevo proceso, pero sin perder el antiguo. Es por eso que han decidido ceder a las presiones de los libreros. Las editoriales sólo digitales se convertirán en lanchas rápidas que romperán el modelo tradicional escritor-editor-distribuidor-librero, para reducir el circuito a escritor-editor que colocará su producto en portales propios o en las bases digitales ya probadas. Al eliminar intermediarios, los autores ganarán más ¿Y las ventas? La respuesta está en las campañas virales y en el impacto que pueda provocarse en lectores focalizados en las redes sociales.

¿Y el futuro? El e-book cambiará el modo de leer los periódicos y la academia encontrará en ellos una herramienta imprescindible, se acabará el mundo de la fotocopia, para el bien de la ecología. Pero además, pronto veremos libros mixtos, la reinvención de la poesía visual, el nacimiento de novelas animadas, la renovación del libro infantil y el llamado book-tv ¿Y el futuro del libro? Uno solo: su corazón. Los libros son las palabras; lo demás, el marco.

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