Laberinto
Heriberto Yépez
El infrarrealismo sigue reinventándose. Perros habitados por las voces del desierto (Aldus, 2014) parece ser solo una antología de poesía infra, editada por Rubén Medina. Pero es algo más.
Sigo pensando que hubo varios
infrarrealismos. Con el tiempo esta interpretación será entendida. Un
error del libro de Medina es no ver que, por ejemplo, excluir a José
Vicente Anaya de esta antología es incongruente.
Es incongruente porque, como Medina
dice, Anaya “es uno de los fundadores del infrarrealismo” y porque
Medina define al infrarrealismo por su nomadismo pero excluye a Anaya
del infrarrealismo ¡por nómada!
Bajo ese criterio, el propio Bolaño tampoco debería ser considerado infrarrealista.
Pero no quiero concentrarme en esta discrepancia que tengo con el libro de Medina; más bien quiero enfatizar que me parece que Perros habitados es una de las obras literarias más importantes publicadas en México en esta época.
Lo más innovador de la poesía
mexicana ya no va a venir necesariamente de los “jóvenes” impulsados por
el cuasi-mercado, las redes sociales (los selfies asociados) y el Gobierno Compra-Cultos sino de una radical relectura del pasado, de un insurgencia del archivo.
Los libros más innovadores hechos por un escritor nacido en México que se están publicando en este momento
no son de ningún escritor “joven” o “nuevo” sino los de Ulises Carrión,
que los escribió hace décadas y la “tradición” decidió ignorar por
completo. Algo similar sucede con el infrarrealismo.
Bolaño reabrió el archivo en 1998. Los letrados mexicanos aún no se lo perdonan.
Anaya ha insistido en su propia
visión del infrarrealismo —crítica al bolañocentrismo— y ahora Medina
nos entrega otra (re)definición, haciendo un amplio muestrario poético
del infrarrealismo.
Su visión es distinta a la de Anaya y Bolaño, insisto.
De este libro quiero celebrar
especialmente el largo prólogo de Medina. Se trata de un
retro-manifiesto infrarrealista estupendo.
Ese texto es uno de los ensayos más
completos que haya escrito un poeta mexicano en los últimos cuarenta
años; su combinación de lenguaje urbano y teórico, testimonio y crítica
literaria lo pone aparte.
La literatura mexicana actual es
fresa y, por ende, sorda. No podrá aceptar que este largo ensayo de
Medina es más innovador, más contemporáneo, que lo que están escribiendo
los supuestos “nuevos” poetas mexicanos.
Las compuertas reventaron. El
control “republicano” se debilitó. Las reglas habituales están dejando
de operar. Una serie de accidentes movieron todo. Y los más jóvenes
ahora son los más rancios.
Lean el ensayo de Medina en Perros habitados por las voces del desierto. Ese ensayo es una excelente jugada de ajedrez realizada con un trompo, bajado de una máquina del tiempo chilango-chicana.
Sospecho que vienen en camino otros Ovnis.
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