sábado, 8 de diciembre de 2012

Tovar y de Teresa: oportunidades del regreso

8/Diciembre/2012
Milenio
Ariel González Jiménez

Asistí en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara al homenaje que se le rindió a Fernando del Paso y donde participaron Hugo Gutiérrez Vega, Elmer Mendoza, Joaquín Díez-Canedo y Rafael Tovar y de Teresa. Fue, desde mi punto de vista, uno de los momentos más emocionantes de la FIL y una oportunidad para que, habida cuenta la presencia del ex coordinador de los festejos del Bicentenario de la Independencia, no pocos volvieran a especular sobre si él sería o no el nuevo presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Como se sabe, ni ese día, ni al final de la Feria, se despejaron las dudas sobre quién se haría cargo del principal organismo cultural del país. No fue sino hasta ayer que se confirmó el rumor que había venido predominado: Rafael Tovar y de Teresa será el titular del Conaculta.
Con su designación, el gobierno federal revela su apuesta por una figura con gran reconocimiento y una trayectoria incuestionable en el sector cultural. Y si esos méritos, evidenciados también en su condición de historiador y novelista, resultaran pocos, no puede soslayarse la extraordinaria capacidad de convocatoria y de interlocución que tiene Tovar y de Teresa con todos los grupos intelectuales y artísticos del país.
Dada la pifia del hoy Presidente Peña Nieto en la Feria Internacional del Libro hace un año –que le costara ser tildado de ser representante de la ignorancia supina–, el del Conaculta era un cargo en el que la administración entrante no podía equivocarse. Tenía que enviar una señal clara, contundente, de la importancia que le confiere a la cultura en el nuevo proyecto; y esto sólo podía suceder a través de un nombramiento que resultara irrebatible.
Por supuesto, no creo que en todas partes sea bien visto que Tovar y de Teresa vuelva a ocupar un cargo que ya tuvo en dos sexenios (la tercera parte del de Carlos Salinas de Gortari y el de Ernesto Zedillo), pero lo cierto es que tampoco se podrá fácil ni sensatamente cuestionar la autoridad que, precisamente, le viene de ese hecho. Porque si algún aspirante al puesto conocía las entrañas de Conaculta, su estructura interna, su intrínseco valor institucional y los fines para los que fue creado, era él; y si alguien podía tener un panorama de las deficiencias y problemas del Consejo, y la necesidad de que cobre una nueva perspectiva ante el futuro, pues creo que también era él.
Oficializado su nombramiento, las reacciones de los más variados actores de la vida artística y cultural del país son elocuentes. Creo que lo que la mayor parte de los entrevistados destaca (no sólo de MILENIO, sino por otros medios), es su solvencia y lo estimulante que puede resultar en un momento de extraordinaria complejidad.
Y es ahí donde la visión de alguien como Tovar y de Teresa puede aportar grandes cosas, ya perceptibles desde la conciencia de cómo vuelve a este encargo tan valioso: todo este tiempo se ha mantenido “en contacto con todas las manifestaciones artísticas, pero lo que se me hace apasionante, la determinación por la que decidí regresar, es porque ésta es una época única, uno de esos momentos en que cambian los paradigmas históricos”. Eso fue lo que le comentó a nuestro compañero Jesús Alejo en la entrevista que hoy publica MILENIO.
Sabe Tovar y de Teresa que vivimos una etapa que incluye retos de gran calado, esperanzas que es preciso materializar dando pasos firmes:
“La aparición de las nuevas tecnologías y la posibilidad de hacer llegar el trabajo cultural a millones de personas, sólo tiene paralelo con la aparición de la imprenta en la época del Renacimiento; eso se convierte en un enorme reto para mí, el otro sería los contenidos, pero México es un país con un enorme talento y creo que podremos hacer llegar el arte y la cultura a mucha gente”.
No ignora, tampoco, que en la realización del objetivo de llevar la música, la poesía, las artes visuales o el teatro a todas partes y a todos, está cifrada la posibilidad de que México transite exitosamente hacia el futuro de modernidad con el que soñamos la mayoría.
Porque todos estos “son —lo vuelvo a citar—elementos fundamentales en la reconstitución del tejido social que desafortunadamente, en los últimos años, se ha visto fracturado, incluso para la recuperación de una buena imagen de México en el exterior, que desafortunadamente se ha visto dañada en los últimos años.”
Así es como en unas cuantas palabras Tovar y de Teresa traza algunas líneas fundamentales de lo que será el nuevo proyecto de política cultural. Uno que él puede encabezar por tener el consenso de la comunidad de artistas e intelectuales.
Algo de premonitorio debe tener lo que dijo Fernando del Paso el mismo día de su homenaje en la FIL, cuando agradeciendo a Rafael Tovar y de Teresa su alocución laudatoria, recordó que había sido su jefe en la Embajada de México en Francia y que había sido “un buen jefe, un gran jefe”.
Ahora que vuelve a Conaculta tiene también, otra vez, la oportunidad de honrar esas palabras.

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