Laberinto
Se hizo un cambio crucial en la convocatoria del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Sus categorías en Letras (mestizas) son: “Cuento. Ensayo creativo. Novela. Poesía”.
¿“Ensayo creativo”? Ignoro quién o cómo se hizo ese cambio. Así lo explican: “Ensayo creativo incluye todas las manifestaciones literarias de corte ensayístico que sin seguir parámetros académicos sino creativos aborden el estudio de temas tan variados como la literatura, el arte, la ciencia, la vida cotidiana y el humanismo en general”.
La expresión proviene de “escritura creativa” (creative writing). Y facilita el dogmatismo.
¿Qué criterios observables determinan qué es “creativo” y qué es “académico”?
Este cambio pone en riesgo al ensayo de fondo, analítico o teórico. Cuento y ensayo mexicanos cada vez son más insulsos. “Ensayo creativo” abona a ese rumbo. Privilegia al ensayo como “paseo”: el ensayo que cree subversivo no tratarse ¡de nada!
Ese ensayo fue entronizado por los bisnietos de Torri y Monterroso, quienes confunden el ensayo con elegir un tema “nimio” —desde las abejas hasta el arte de saludar macetas los viernes— para separar aún más escritura, filosofía y realidad política.
El ensayo como cuento de hadas de las ideas.
Puntada letrada y sobremesa en que Monsiváis no tiene ideas sino ocurrencias y Paz tampoco, ¡pero qué tal sus Deliciosas Glosas!
La literatura mexicana es una rama de la repostería francesa.
No digo que ese ensayo no sea simpático (lo es); digo que ese ensayo (de arranque) ya fue (sobre) explotado y (momento de decirlo) ya es una receta.
Si algo falta al ensayista mexicano es que deje sus Buenos Modales Verbales —cuyas buenas maneras titulan “estilo”— e investiguen, expliquen, fabriquen paradigmas.
¿Por qué tanta alergia a lo “académico”?
El ensayo mexicano va de pique porque no se ha desprendido del “resumen cultérrimo” —vocablo que conduce al Escritor Mexicano al orgasmo— como táctica de Forma Bonita.
En lugar del ensayo creativo (=recreativo) apostemos por el ensayo innovador en estructuras e ideas.
Curioso que para descalificar lo “académico”, el Fonca utilice, precisamente, ¡un pie de página!
El “ensayo creativo” quiere aislarse, protegerse, sentirse “distinto”. Pero reconozcamos algo: ese cambio es una provocación. ¿De quién? Me intriga.
Se trata de una jugada polémica que vuelve explícita la estética oficial del ensayo literario nacional, cuya tradición busca rescatar.
Su error: apostar por la ortodoxia en nombre del atrevimiento. Su acierto: querer hacer algo contra el declive. Si ayer la literatura mexicana tenía peluca hoy no tiene cabeza.
No sería raro, pues, que en emisiones futuras los Jóvenes Creativos compitan dentro de las categorías de Cuento Económico, Novela Invendible y Poesía Redondita.
Hermoso. Claro. Gracias.
ResponderEliminarPrecisamente llegué aquí buscando ideas para hacer un ensayo creativo sobre creatividad. Lo paradójico es que será evaluado con una rúbrica que incluye cantidad de palabras, número de ideas mínimas a exponer, bibliografía, tipo y tamaño de la letra, pero debe alejarse de lo académico... "dejar que fluya"...
ResponderEliminarJajaja me pasa lo mismo. Debo entregar en una semana xd
EliminarMe falta información :(
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